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Autismo y musicoterapia

Los Trastornos del Espectro Autista forman parte de los denominados Trastornos del Desarrollo, que son aquellos que se generan durante la gestación, tienen una manifestación muy temprana y se caracterizan por el deterioro persistente de la comunicación social recíproca y la interacción social, y los patrones de conducta, intereses o actividades restrictivos y repetitivos (Fuente: DSM-5).


Teniendo en cuenta la variedad de manifestaciones existentes, las respuestas para su tratamiento son también muy diversas. Son conocidos tratamientos de tipo farmacológicos que palian algunos de los síntomas más disrruptivos, pero también existen terapias multidisciplinares que, aplicadas correctamente, pueden se muy útiles.


Hoy quería hablaros de los beneficios de la aplicación de la musicoterapia en niños con autismo, sea cual sea su grado o tipo.

La música ha servido históricamente como recurso básico para el desarrollo humano, aunque su consideración como elemento terapéutico tiene validez científica desde hace apenas un siglo. Existen diversos estudios sumamente relevantes que demuestran los beneficios para diferentes patologías, y en concreto para las personas con algún grado de autismo.


A continuación se enumeran algunas de las consideraciones de este tipo de terapias en su aplicación específica:


- La musicoterapia mejora la comunicación verbal y la intención de comunicarse

- Sirve como un instrumento alternativo de comunicación no verbal

- Favorece el desarrollo de habilidades comunicativas, lo que implicar mejor interacción social

- Fomenta el desarrollo de procesos cognitivos como la atención, evitando de este modo la aparición de conductas repetitivas, habituales en estos trastornos.

- Además, los niños con autismo conservan una gran sensibilidad por la música, incluso mayor que la de niños sin autismo, lo que hace de ésta una terapia muy recomendable.


¿Cómo aplicarla?

Existen dos grandes tipos de actividades de musicoterapia: por un lado técnicas activas, que van a requerir de la participación e interpretación musical del participante, y por otro las técnicas pasivas, en las que únicamente se requiere de la escucha activa del participante.


Seguir una secuencia rítmica, interpretar más rápido o lento, más fuerte o débil; realizar técnicas de relajación a través de música clásica, asociar emociones a diferentes obras musicales...Existen muchíííísimas ideas que podéis hacer como papis en casa, o como maestros/profes en clase, donde además se pueden beneficiar todos los alumnos.


Próximamente os traeré diferentes ideas de aplicación de la musicoterapia en personas con autismo.


¡¡Nos leemos pronto!!



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