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Crea tus propios materiales sensoriales

¡Hola a todos! ¿Cómo lleváis el confinamiento? Venga, ¡¡que ya casi queda un día menos!! Con esto de estar todo el día encerrada, aunque sigo trabajando como todos los docentes (que no se diga que estamos de vacaciones...) tengo tiempo para dedicarme a crear nuevos materiales en masa, y no sabéis lo que me alegra.


Hoy quiero enseñaros algunos de los recursos sensoriales que suelo usar, especialmente para la estimulación de niños con discapacidad severa. Esta entrada, no obstante, va también destinada a educadores de la etapa infantil y a papis de bebés y niños de entre 0 y 5 años, aunque claro está, puede aplicarse en cualquier edad.


La estimulación sensorial nos permite despertar los sentidos a través de la actividad empírica, es decir, de la experimentación. Sus beneficios repercuten en el desarrollo del cerebro e instan al niño a conocer el mundo a través de la curiosidad por medio de la recepción de diferentes sensaciones. En los primeros meses y años de vida se vuelve por tanto una parte esencial a trabajar, pero si hablamos de niños con alguna afectación intelectual o física, su relevancia se prolonga en toda su etapa de desarrollo.


Cuando me he topado con personas gravemente afectadas, este tipo de actividades han formado siempre parte de las rutinas de trabajo, así que os comparto algunas de las ideas con más éxito y os cuento cómo podéis elaborarlas vosotros mismos:


Huellas sensoriales

Con goma eva y diferentes materiales como los que os propongo más abajo, podéis fabricar estas huellas sensoriales ideales para favorecer el desarrollo del tacto, oído o vista.

Podéis usar la silueta de los pies y manos de vuestro(s) peque(s) o usar las vuestras (la primera opción es más divertida). Después de recortar, podéis pegarle encima:

  • Lentejas

  • Un trozo de esponja

  • Papel de lija

  • Algodón

  • Plumas

  • Pompones de colores

  • Fieltro

¡¡Echadle imaginación!! Podéis poner un sinfin de cosas que tengan diferentes texturas. Os dejo imágenes de algunas de las que he ido creando:

Una forma de utilizarlo es creando un pequeño circuito por el que tengan que pasar usando pies (descalzos) y manos, e ir definiendo qué tipo de textura es (lisa, rugosa, suave, áspera...), qué perciben con la vista, cómo suena o incluso a qué huele. Podéis añadir un poco de trabajo emocional y preguntarles qué sienten al tocarlo. En bebés o niños que no tengan desarrollado el lenguaje, podéis observar su reacción a las diferentes huellas. Seguro que dan mucha información sus gestos ;) Si no tienen movilidad podéis limitar la actividad a las manos, o si es posible, que la realicen con tu ayuda.


Bolsas sensoriales

Este material es de mis favoritos, porque se le puede sacar muchísimo partido. Para elaborarlo solo necesitáis bolsas herméticas (típicas para congelar), gomina para pelo y colorante líquido. El procedimiento es la mar de divertido; vertéis dentro de la bolsa la gomina (aproximadamente que cubra la mitad) y añadís unas gotitas de colorante. Cerráis la bolsa, removéis y listo.

¿Para qué podéis usarla? Pues tal cual ya es útil como forma de estimular el tacto. Si incluís dentro pequeños objetos podéis trabajar el reconocimiento visual. Además, si añadís gotitas de aceites esenciales o diferentes perfumes también podéis trabajar el olfato.

Otra utilidad es como pizarra. Podéis trabajar la escritura con los dedos o usando un rotulador borrable.


¿Qué os parecen estos recursos? Cómo véis son súper sencillos de elaborar y además del partido que le podáis sacar, crearlos ya es de por sí un entretenimiento.


Ya sabéis, si los hacéis no olvidéis etiquetarme en vuestras publicaciones en redes sociales con el hahstag #Eduesunomas.






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