¡Hola lectores! Hoy quiero hablaros de un aspecto esencial de nuestra vida al que prestamos muy poca atención; el sueño.
El sueño es una función vital cuyo objetivo es la reorganización de los circuitos neuronales, el reprocesamiento de la información obtenida en la vigilia para su almacenamiento, la protección de las neuronas del estrés oxidante para evitar la muerte neuronal y la restauración de estas para compensar el desgaste sufrido durante la vigilia. Para que ello se produzca exitosamente, es necesario tener un sueño satisfactorio que permita la producción de actividades neurovegetativas protagonistas en la reparación y mantenimiento del organismo. Por el contrario, la privación de sueño implica un deterioro en los procesos cognoscitivos (atención, memoria y aprendizaje) pues el funcionamiento del cerebro es el primer afectado cuando el sueño escasea.
Traduciendo todo esto a la infancia, se sabe que más de un 30% de niños en etapa escolar padecen alguna alteración relacionada con el sueño, lo que se traduce en un aumento de la fatiga, los niveles de irritabilidad y el absentismo a clase o impuntualidad. La disminución de la productividad intelectual trae consigo una disminución en el rendimiento escolar y una predisposición al TDAH, entre otras. Comprobamos pues que es real la relación entre la calidad y la cantidad del sueño tanto con el estado anímico como con el rendimiento intelectual basándonos en el funcionamiento del sistema nervioso. Por esto, en etapas escolares debe ser primordial la atención a la adquisición de hábitos adecuados en cuanto al sueño y la salud, teniendo en cuenta que existe un desconocimiento generalizado acerca de los beneficios que reporta en cada etapa del ciclo vital.
El sueño es una función vital en nuestra condición humana, y por ello, igual que con la alimentación, debemos ser conscientes no solo de la importancia de su existencia sino de su calidad.
En una próxima entrada os muestro cómo trabajar la higiene del sueño en las aulas a través de Aprendizaje Basado en Proyectose (ABP).Hasta entonces, ¡qué durmáis bien!
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