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Qué son las NEAE y las NEE

Estos término archiconocidos por los maestros de Pedagogía Terapéutica y en una onda expansiva por los docentes en general, hacen referencia actualmente a lo que se conoce como Necesidades Específicas de Apoyo Educativo y Necesidades Educativas Especiales. Pero para entender con más exactitud lo que significan, vamos a remontarnos un poco más atrás en la historia de la Educación Especial...


El término “alumnos con necesidades educativas especiales” aparece por primera vez en el Informe Warnock, en el año 1978, encargado por la Comisión de Educación británica. Dicho término englobaba a aquellos alumnos que presentan unas dificultades de aprendizaje que hacen necesario disponer de recursos educativos especiales para atenderlas. Aquí encontramos el origen.


En la legislación educativa española, según la LOGSE (1990), el concepto de "Necesidades Educativas Especiales" se concreta en "la atención a aquellos alumnos que, de forma complementaria y más especializada, precisan de otro tipo de ayudas menos usuales, bien sea temporal o permanentemente” (Por múltiples causas y situaciones).


A partir de este marco conceptual la Educación Especial ya no se concibe como la educación de un tipo de alumnos, sino que se entiende como un conjunto de recursos puestos a disposición del sistema educativo para responder adecuadamente a las necesidades que pueden presentar los alumnos.

En la LOE (2006) se introduce el término "NEAE" referido a los recursos empleados para aquellos alumnos que requieran una atención educativa diferente a la ordinaria por:

- Necesidades Educativas Especiales (NEE)

- Dificultades específicas de aprendizaje

- Altas capacidades

- Integración tardía al sistema educativo

- Condiciones personales o de historia escolar


Las NEE, por su parte, se refieren a los recursos destinados a alumnos que requieran, por un periodo de su escolarización o a lo largo de ella, determinados apoyos y atenciones educativas específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de conducta.


Esta terminología se determina en el momento de la valoración del informe pedagógico del alumno, y tiene su utilidad a la hora de determinar el tipo de escolarización y adaptación curricular en caso necesario, pero siendo realistas, a la hora de establecer la metodología a llevar a cabo, la existencia o no de una etiqueta no tiene por qué ser esencial, pues será el trato diario con el alumno el que nos dé las pautas para trabajar de manera adaptada a las propias necesidades. Si bien saber la existencia de un diagnóstico claro va a darnos una serie de claves en términos sintomáticos, no debemos basar nuestra actuación en la teoría, pues al igual que decimos que un niño con NEE es ""diferente"", no será lo mismo una NEE derivada de Síndrome de Down, que de Trastorno del Espectro Autista o de sordera. Todos somos diferentes. Todos somos uno más.


Espero que os haya servido este post. ¿Qué pensáis sobre el uso de estos términos? ¿Los conocíais?

¡Nos leemos pronto!

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